Santísimo Jesús, Derrama tu sangre preciosa sobre mí.
Sella con tu sangre divina todo espacio donde me encuentre.
Que tu sangre me proteja, me ilumine y me bendiga.
Que la enfermedad no sucumba en mí, que la envidia no me dañe.
Que cualquier demonio sea repelido con tu sangre.
Con el poder divino de la sangre preciosa y sagrada de Jesús,
elimino cualquier maldad o mal pensamiento de mis enemigos.
Divino Jesús, que derramaste tu sangre para el perdón de los pecados,
derrama tu sangre sobre mi ser y sobre las personas que amo.
Sella con esta oración y con tu sangre de Cristo, cualquier mal.
Gracias, precioso Jesús.
Amén.
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