San Miguel Arcángel, Príncipe glorioso
¡Conquistador de los ángeles rebeldes!
tú irradias la presencia del fuego ardiente divino,
tu armadura está hecha por los poderes del cielo mismo.
Te amo y te bendigo, oh querido príncipe de los cielos.
¡Oh San Miguel, portador del estandarte de la salvación!
Permanece a mi lado, protégeme de día y de noche.
Cúbreme con tu poder para que sea invencible contra mis enemigos.
Oh San Miguel Arcángel, glorioso príncipe de los ángeles del cielo,
enséñame siempre a repetir el sublime grito de victoria:
"¿Quién como Dios?".
Amén.
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